24 de febrero de 2010

Carta abierta

Hoy recuerdo unas palabras, una habitación, un trabajo ficticio, una no tan vieja màquina de escribir... Una idea. Y hoy, es el día en el que esa idea, en parte, se separa de la demagogia para acomodarse en la realidad.


Han pasado nuevas cartas, nuevas amistades, nuevas ideas..., nuevas vidas. Circunstancias en definitiva que dejaron al fin de todo aquello, en un plano no perteneciente a este mundo. Al mundo ideal que quería construir una vez creido olvidar algunos fantasmas. Porque no quería regresar. Añoraba cumplir con unas palabras que aún rebotaban en mi mente, pero no quería vivirlo. Me encantaba aquella idea, y me encanta, pero no lo deseaba. Llegado a un punto, uno no sabe si necesita volver tras unas determinadas etapas, o seguir adelante, para seguir creciendo. Todo por suponer que esto era un nuevo paso atrás, todo por intuir que volver a aquellos recuerdos no harían más que aminorar aún más la velocidad de crucero obsoleto con la que viajo. Querer y no querer.


Pero hoy no me oculto entre hojas de odiosos libros lejanos. Hoy no me camuflo entre una carpeta cansada de idas y vueltas. Hoy, quiero ver las caras de parte de los pilares que, a pesar de todo, jamás escaparon de aquellas letras que embellecen ese folio amarillento de años y recuerdos, y que jamás me he cansado de redescubrir para sentir lo que un día, una vez, pude llegar a ofrecer. Lo que un día conseguisteis ofrecerme.

1 comentario:

la rosa separada dijo...

Enfrentarse al pasado es seguir hacia delante, es querer y poder, porque la vida no es otra cosa que una sucesión de experiencias, experiencias que nos definen, para bien o para mal, pero que sin lugar a dudas nos hacen aprender quienes somos.

Una vez leí: "aquellos que se esfuerzan en olvidar su pasado se arriesgan a que se repita"

No podemos temer "lo que fue" porque no queramos que se repita o que sí, la vida sigue un curso, unos lo llaman destino otros simplimente elección.

Ofrecer, es maravilloso, ofrecer y que te ofrezcan.

Tod@s aprendimos mucho de ti, y ayer mucho más, vaya lección de cine, menuda paliza.

Espero que la carta se repita...