Llevo un tiempo sin tener dos copas en las que poder beber. Olvidé mi carta favorita, o su significado dejó de ser para mí.
Ignorados los desafíos, hoy retomo este balcón a lo desesperante con las motas de polvo de mi ordenador, negro, y la música de Rarotango,tenue, acompañandome. Pero no quisiera encerrarme en palabras que tan siquiera conozco porque no tengo la necesidad de esconderme... aunque tampoco de abrirme. Quiero permanecer intrigante, incomprensible. Quiero provocar. Incomodar. Que con sólo unas letras te sientas observado, porque ya lo dije muchas veces, "estoy harto de no hablar, estoy cansado de que no me hables, estoy cansado de permanecer en el mismo sitio, y que todo siga en el mismo lugar". Pero no quiero odiarte sin razones.
Desespero. Por eso ha vuelto.
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